domingo, 3 de febrero de 2019

la cigüeña verás

FELIZ DÍA DE SAN BLAS

jueves, 31 de enero de 2019

el elemento disuasorio

Risas del público cuando los conductores intentaban atravesar el "elemento disuasorio" que les impedía acceder al centro de la ciudad, provocando pinchazos en las ruedas, destrozos en el capó e incluso en la dirección del coche. Mismas risas en aquellos que participaban en el corto que un director sueco presentó durante la semana de cine que se celebra en la ciudad donde resido.
El corto trataba de la última medida que había acordado el Ayuntamiento de Estocolmo: instalar unas "barreras de calibre" en Slussen, un punto neurálgico de la ciudad, facilitando el paso del transporte público pero dificultando el acceso al coche privado.
Los primeros días de su instalación fue el centro de atracción de los comercios cercanos, sobre todo del bar que se encontraba frente al "elemento". La consumición de los parroquianos llevaba implícita el espectáculo de los incautos que pensaban que podían sortear el obstáculo: Incautos en coches de alta gama, incauto anciano vecino del barrio con su pequeño y destartalado coche, incauto turista que no entiende la señal de peligro o incauto inexperto en la circulación por la ciudad. Los parroquianos en cambio se prestaban amablemente a ayudar, moviendo el coche o apartándolo del lugar para dejar paso al siguiente inocente.
Las opiniones eran dispares con la medida. Los afectados se lo tomaban con mucha filosofía y más con una cámara delante. Hay que guardar las formas. Estamos en Suecia. El país modélico. Los ciclistas eran los más entusiastas con el elemento "disuasorio" y la clientela fija del bar durante unas semanas tuvieron otra razón a mayores para ir al bar.
En la sala donde se proyectaba el documental el ánimo y las risas subían. ¿A quién no le hace gracia ver como un conductor se mete entre unas barreras y sale con el coche destrozado? Yo fui la rara avis en la sala. No me sacó ninguna sonrisa.

Siempre he pensado que los que gobiernan en un municipio deben hacer más fácil la vida de los vecinos. Poner un elemento que tiene el "don" de destrozar, con más o menos daño el coche particular, me parece la última medida para concienciar a los ciudadanos del mayor uso del transporte público y menor del privado. Incluso si crees que hay mucho coche privado circulando en esa zona, directamente cierra el carril. Penalizas una vez al vecino y no dos veces como se hace con el obstáculo: no poder pasar y encima cargar con los destrozos del coche.

Pero la gran lectura llegó al final del corto, en los últimos minutos. Aquí el damnificado fue un matrimonio en torno a los sesenta años que circulaba con un gran coche de alta gama. Educados, formados, con buen trabajo. Entraban dentro de los potenciales suecos prototipo que conocemos. El destrozo no fue tan grande como a otros que pasaron por el lugar. Sólo el pinchazo de una rueda. El director del corto se acercó a ellos. La noche ya se ponía en Estocolmo y había que localizar una grúa a esas horas. De repente aparece en escena un joven que pasaba por el lugar en busca de ayuda para pasar la noche. Después de contarnos su enfermedad y pedir al matrimonio un lugar o cama para esa noche, la cámara se gira al matrimonio buscando su respuesta. Ellos muy educados y escuchando en todo momento al joven le dicen que le comprenden, le entienden pero solo pueden ofrecerle dinero. Termina el documental con la imagen de los tres siguiendo su camino en la noche profunda de Estocolmo.
Silencio en la sala. Ya no hay risas. La luces se encienden. Una persona de la organización nos da la oportunidad de preguntar al director, encontrándose entre nosotros. Le miro y le pregunto en silencio: ¿ Y tú qué ayuda le ofreciste al joven cuando apagaste la cámara?

Hay mucha moralina en el tema del transporte en las ciudades unido al medio ambiente y afectando a la convivencia. En cambio, hay poco debate, reflexión y formación. Pero sigamos utilizando el maniqueo recurso de quien no "piensa como yo" es malo y yo soy el bueno.

lunes, 14 de enero de 2019

una frase