Lumbreras

La tarde que se prometía "negra de novela", pasó a ser azul a ratos y húmeda por momentos paseando por la 50ª Feria del Libro. El único Encuentro que me atrajo de la programación se había suspendido. Mala suerte. 

¿Qué me quedaba? vagar por las distintas casetas-librerías contemplando como exhibían los mismos best-seller y autores del año con igual disposición y transacción. Pero en este tipo de ferias en donde lo homogéneo abunda, lo opuesto también se encuentra en pequeñas gotas de contento. Sólo hay que curiosear.

Hace unos días fui al teatro. Se representaba "Siglo de oro, siglo de ahora (Folía)". Una apuesta divertida para acercarse al teatro clásico. Conocí a la compañía hace meses con su obra "Cervantina" y me gustó mucho su puesta en escena: fresca, actual y ocurrente. Sin desmerecer su trabajo y recomendarles si se presentan en vuestro lugar de residencia, tengo que decir que su "leitmotiv" se repite bastante, causando lo novedoso en hábitos de risa fácil en varios momentos.

El maestro de la Folía estuvo representado por el Licenciado "Lumbreras".

Volviendo a mi merodeo por la Feria del Libro terminé en la contra-caseta. Desconocía la gran mayoría de los títulos que presentaban y hasta mi tierra estaba presente. Captó mi atención. Palpé los libros. Los eché un ojo. Leí reseñas. Me reí por dentro. Siempre cae algún libro.

LA OCTAVA PLAGA...DE LENCERÍA

Johnathan F. Hawks, estadounidense de veintiún años, ha sido detenido en el garaje donde preparaba sus vuelos de escarnio. El joven infractor se dedicaba a sobrevolar con su ultraligero, en vuelo rasante, los poblados de una comunidad amis y arrojaba lencería fina al grito de <<¡La octava plaga, la octava plaga!>>. Johnathan confesó hacerlo <<por diversión>>, y porque era ateo.

Jeremías Lenbach, portavoz de la comunidad amis afectada, ha declarado no tener intención de demandar al joven. En su comunidad se han limitado a rezar por el cese de esta plaga de la lencería, como verdaderamente lo creen: la plaga del siglo XXI.

Roberto Lumbreras (Elogio de la Lencería)

Una luminaria dentro de la anodina Feria del Libro.