viernes, 16 de junio de 2017

el color del cambio



La primera vez que me percaté de este color, podemos decir que verdeagua, fue en una página web de una entidad financiera. Se decía llamar banca ética. Comprometida con los ciudadanos, con los negocios sostenibles y actividades culturales, no ofrecía productos financieros tóxicos ni aplicaba comisiones abusivas. Vendían "limpieza, frescura y sostenibilidad". Se puede decir que el color verdeagua produce esos efectos psicológicos cuando lo vemos.

Con los años, esta entidad financiera empezó a ofrecer productos de la banca comercial. ¡Vaya! las hipotecas ya no hacen daño a la economía. Donde antes no había comisiones ahora sí, justificando el cambio aduciendo que financiaban negocios sostenibles. Negocios (algunos) que comienzan con un espíritu muy artesano. Pero la economía es muy básica: oferta-demanda-beneficios. Seguro que hoy en día alguno tambalea en el concepto de sostenibilidad, pareciéndose al modelo productivo del que reniegan. Cambian las palabras y los colores pero el transfondo sigue igual. 

Me he acordado de este color porque lo veo mucho en la propaganda tuitera de las ciudades del cambio.

Como en la banca ética, te abren las puertas a una forma de gobernar distinta. Pero cuando entras, ves que los enchufes siguen intactos, los imputados o investigados no dimiten y lo que antes eran gastos desorbitados, con el color verdeagua no parecen tan hinchados. Incluso veremos que las puertas giratorias volverán a girar.

Es lo que produce el color del cambio, ver más nítidamente que todo sigue igual.

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