jueves, 17 de noviembre de 2011

El Mercado

Las conversaciones en los mercados de los pueblos, en las grandes superficies, en tabernas y restaurantes son cada día más enriquecedoras gracias a los nuevos conceptos que hemos adoptado en nuestras vidas. Hablar del tiempo no es nada cool  en los tiempos que corren, lo chic es hablar de la prima y no me refiero al familiar, no!!!!!...sino a esa "prima de riesgo". Todos tenemos algo de "agentes de calificación" y quién no tiene un "activo tóxico" en su casa?????.

La bolsa de tela que llevaban nuestras abuelas al mercado se han convertido en grandes paneles con letras y números, de color rojo algunos, donde compramos en el parquet el pan de cada día y decidimos la comida del día siguiente con el índice, y no es ni el derecho ni el izquierdo sino el  Nikkei, Nasdaq, Dow Jones, Eurostoxx, Ibex-35, etc.

Antes nos fiaba el carnicero, el de la tienda de ultramarinos, ahora es un ser etéreo, que cada vez que tose enferma a la sociedad y cuando sonríe sólo una parte se beneficia.

Este mercado, tan en boca del pueblo llano, es de unos pocos aunque muchos jueguen en él, incluso el vecino de "al lado". Nos habla de tú a tú pero siempre guarda un as en la manga. Nos hace ser astutos, avariciosos, inhumanos. Es un mercado que no entendemos por mucho que nos hablen y hablemos de él.

Yo no quiero formar parte de este mercado.

Me imagino un mercado donde la gente cambia "sus creaciones, ideas, pensamientos, trabajos" con una sonrisa, sin exprimir hasta el último céntimo y donde la única medición sea la Felicidad Interior Bruta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario