sábado, 20 de julio de 2013

unos días por Marsella

Mi última escapada ha sido Marsella para reencontrarme con una vieja amiga. Hablamos ya hace unos meses, cuadramos fechas, compré billetes y eh, voilà, me vi montada en el avión camino de la Provenza.

Tenía ganas de verla, hacía tanto tiempo de nuestro último encuentro que teníamos muchas cosas que contarnos. Y también de paso conocer Marsella.

Marsella hay que vivirla, hay que patearla, infiltrarse en la ciudad, empaparse con su cotidianidad, olerla, saborearla y creo que lo he conseguido gracias a los buenos anfitriones que he tenido. Mi amiga y sus amigos me han enseñado la Marsella del día a día, con sus picnics en la playa, las cervecitas en el muelle, sus conversaciones, preocupaciones, trabajo. Chin-chin con el pastis o vin rouge o vin rosé. Sus rincones, sus vistas, sus paseos...y sus helados artesanales con sabores de "temporada": brugnon (melocotón) estaba delicioso, pâquete (sandía) refrescante...todo hecho con frutas de temporada.

También he tenido mis momentos de soledad y de guiri donde he caminado entre esculturas homenajeando a Dalí, no hay que olvidar que Marsella es ciudad europea 2013, paseado entre puestos de jabón marsellés, lavanda y arte local. Sentada en una terraza contemplando bien a turistas como yo, bien a magrebíes que no dejaban de observar a los turistas como yo o bien a los marselleses que iban al trabajo o volvían de la jornada laboral.

Marsella es una ciudad viva, multicultural, auténtica, nada glamourosa, de gente acogedora pero sin atosigar. Los primeros en descubrirla fueron los griegos y se nota la huella que han dejado porque les gusta disfrutar de las pequeñas cosas. No son nada suntuosos, ni exhibicionistas pero saben saborear los placeres de la vida. Un buen pastis frente al mar, con una baguette, queso y en buena compañía es la mejor opción.

Muchas gracias Donna, ha estado genial. Gracias por vuestra hospitalidad y por enseñarme la Marsella cotidiana, la del día a día, por vuestras reflexiones y silencios. Hasta la próxima!!!


Curiosidades de Marsella:
Creo que tiene la población de palomas urbanitas más grande de todo el mundo (nota: las fuentes de este dato son mis ojos y los pocos viaje que he hecho), no había un rincón sin paloma, ya era parte del escenario de la costa azul.
Nunca había visto tanta gente, colas y colas de hombres, mujeres y niños esperando para montarse a un autobús urbano para ir a la playa. He de decir que allí hay pocos autobuses y es la segunda ciudad de Francia con más población.
Son fanáticos de la petanca.

2 comentarios:

  1. Esta ciudad la hago mia poco a poco, veniendo del norte lejano y frio. Qué gusto descubrirla otra vez con tus ojos nuevos, loquillos y amistosos!
    Ha sido un placer también para nosotros, tia.

    PS : hay palomas Y gaviotas...

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  2. Eres la Marsellesa, je. De nuevo, muchísimas gracias y bon voyage por el sur...os va a encantar...
    à bientôt mon amie....Saluts à la troupe!

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