Siempre he pensado que la gente no cambia sino que perfila o moldea su personalidad, aprende con las experiencias y también con la edad las "cosas" se ven con otra perspectiva.
La vida esculpe nuestro ser; cincelando el carácter, golpeando con el cortafrío en los momentos dolorosos, y marcando con el buril cada poro de nuestra piel, dejando una marca etérea pero palpable.
Por esto, cuando me dicen que he cambiado sonrío, sigo creciendo.
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