domingo, 4 de diciembre de 2016

los tornillos adecuados

No se ven pero están ahí: fijando las piezas. Parecen sencillos. Se componen de: cabeza, cuello y rosca. Nada más, ¿o sí? porque no todos los tornillos son iguales. No es el tamaño solamente, sino la forma de la cabeza, o las singularidades de la rosca.
Sí, cada pieza tiene sus tornillos.

Si esta pieza fuera un equipo de trabajo, el acople de los mismos tal vez sea más complicado. Ya que algunos no encajan por mucho que nos empeñemos. Otras veces están tan oxidados que la pieza no se ensambla, apareciendo rendijas. Pero lo más importante, que no falten. Porque tanto los que no casan como los herrumbrosos, siempre se pueden cambiar. Cuando faltan, es más difícil de reponer.

Un amigo me hizo pensar sobre el tornillo. Aparentemente parece insignificante pero que imprescindible es en nuestras vidas. Tan presente en la mayoría de objetos.

Y como en los objetos, también en ese engranaje laboral. Por eso estos días he pensado en la conversación del amigo, ya que, después de muchos años, veo que la pieza se está soldando. Los tornillos están encajando, son los adecuados, aunque siempre quede alguna fisura.

Gracias R.

2 comentarios:

  1. Mi amiga ha hecho una entrada muy bonita sobre los tornillos, pero tan importante como este, es la tuerca, pues el uno no puede estar sin la otra, lo que conforma el conjunto mecánico. No pueden estar el uno sin el otro, y así como los humanos, necesitan encajar y ser compatibles, pues el diámetro medio del tornillo y de la tuerca tienen que tener dimensiones, paso y ángulo de la rosca exactamente iguales, con objeto de que sean intercambiables.

    Los tornillos sea de rosca métrica, whitworth, de gas... que importantes son estos sencillos utensilios, por ellos parece que no ha pasado el tiempo estuvieron en la Primera Revolución Industrial y en cambio en la era de internet, la robótica y las comunicaciones, siguen estando ahí, para ejercer su función, que es la unir con fuerza, lo mismo se les puede ver en puentes, prensas, máquinas, vehículos, armas, ordenadores, aviones, o en los electrodomésticos que nos facilitan la vida. Sin ellos la vida sería más difícil, pues solo podríamos hacer nuestras uniones con roblones y soldaduras, tecnología que requiere personas especializadas para hacer las uniones y no está al alcance de la mayoría de los ciudadanos, mientras que el montaje de tornillos y tuercas hasta un niño pequeño lo puede hacer. Además, sin la aparición de tornillo, la multinacional IKEA nunca hubiera podido existir, ya que el éxito de esta compañía y otras muchas, radica en "Hágalo Ud. mismo".

    Por eso, cada vez que veo un tornillo o tuerca me agacho y lo cojo porque sé el trabajo, esfuerzo e ingenio que hace falta para producirlos, y reconozco que me produce mucha satisfacción cuando consigo juntar con una unión fiable las piezas para que hagan una determinada función. Una gran responsabilidad del tornillo y tuerca, pues no nos pueden fallar, especialmente si están bien cuidados y mantenidos. No lo harán porque son uniones muy fiables si están con su par de fuerza apropiada.

    Si bien los tornillos de hierro no han cambiado prácticamente nada en los últimos doscientos años, su cambio tecnológico ha sido consecuencia de la química de los materiales, por eso, en la actualidad, se fabrican de acero al carbono, de acero de alta resistencia, de aluminio y sus diversas aleaciones, titanio, latón, etc. se han ido adaptando a las necesidades que tenemos. Los mecánicos, ingenieros y cirujanos protésicos no pueden trabajar sin tornillos y por lo tanto, el desarrollo científico hubiera sido un obs

    Quién nos iba a decir que una simple espiral enrollada alrededor de un eje iba a cambiar el mundo.


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  2. Una clase magistral, Ramón. Me preguntaste qué haría si viera un tornillo en el suelo. Hoy te digo que me agacho, por supuesto. Y también por la tuerca, claro.

    Me ha gustado mucho tu ensayo-reflexión del tornillo. Qué más se puede decir si con la última frase lo dices todo.

    Como los tornillos, los buenos amigos se pueden convertir en esa fuente de sabiduría que enrollada alrededor de una buena conversación, nos cambia la percepción de las cosas.

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