Mientras me tomo el café shazameo. Espero que el bar se encuentre cuasi en silencio, para que el móvil puede captar las notas musicales. "Mujer, no utilices el shazam y pregúntame, que soy anti- esos artilugios", sonrió el camarero. Sonreí. "Me gusta la música que pones" contesté.
Él siguió con los cafés, yo continúe shazameando. Silencio.
Buen martes tropilla.
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