Estos días estoy viviendo momentos de mucha alegría, algunos de tristeza, y también sorpresa y alucinación ante leyes que dicen que no va a suponer ningún cambio pero tú sabes que abren muchas puertas negras con fines tan claros y nada buenos para la ciudadanía.
Es un cúmulo de sensaciones contradictorias pero pesando más las positivas y las buenas.
Y así es como me puse a pensar en la suerte...y en lo "desafortunada" que soy (nota: una desafortunada efímera en aspectos muy particulares de la vida y en el momento actual, que no se puede extrapolar a un pasado no muy lejano ni a un futuro próximo cargado seguramente de mucha alegría, buenos momentos dichosos y felicidad). Digo desafortunada porque me surgen muchas oportunidades, muchas puertas se me abren hacia algo que presiento que es mejor pero siempre hay algo que me dice que no la cruce, que no es mi puerta, son señales y creo que ya es hora de creer en esas señales.
La suerte ... ¿de quién es? ¿hay que ir a buscarla? ¿surge de la nada? ¿está en nuestro ADN?
Yo continúo buscando o esperando o tal vez imaginando esos recovecos del azar destinados a mi camino. Esos recovecos amables, sencillos y alegres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario