Bajaremos a la calle, pisaremos el asfalto, abriremos las puertas del Ayuntamiento, estos son algunos de los nuevos eslóganes de los ciudadanos políticos que han entrado este pasado sábado en los Ayuntamientos de sus municipios para ser Alcaldes o Concejales.
Otro gesto ha sido hoy verles acudir al trabajo en metro, bicicleta o incluso andando.
¿Hemos democratizado las instituciones? desde el grito de indignación de mayo de 2011, donde una ola de cansancio ante político corruptos, alejados de la realidad y de los problemas del pueblo; o ¿las hemos popularizado?
Me planteo esta pregunta porque el sentido de la democracia no sólo debe salir en los momentos de crisis, de agonía colectiva, de angustia y depresión; sino todo lo contrario, en las épocas de bonanzas, aportando igual o incluso un poco más a las arcas públicas para momentos más difíciles y lo que es más importante exigiendo responsabilidades, "sobre todo en las urnas", a todos los que han hecho un mal uso de sus cargos, prevaricando, corruptelas o teniendo actitudes deshonestas.
Pero para tener una democracia saludable, lo primero es tener una cultura democrática colectiva y en este país, por desgracia, de eso falta mucho. Somos un pueblo ignorante, qué no le importa las realidades de su vecindario cuando le van bien las cosas y exige el "oro y el moro" cuando las cosas van mal. Claro que lo que acabo de decir es una generalidad pero, no nos quedemos sólo en que el pueblo ha entrado en las instituciones; gobernar es mucho más, hay que saber administrar y gestionar lo público, saber el significado del "bien común" y sobre todo, toca mucha pedagogía. Si vamos a entrar en las instituciones, hagámoslo con sentido ciudadano y responsabilidad.
Me planteo esta pregunta porque el sentido de la democracia no sólo debe salir en los momentos de crisis, de agonía colectiva, de angustia y depresión; sino todo lo contrario, en las épocas de bonanzas, aportando igual o incluso un poco más a las arcas públicas para momentos más difíciles y lo que es más importante exigiendo responsabilidades, "sobre todo en las urnas", a todos los que han hecho un mal uso de sus cargos, prevaricando, corruptelas o teniendo actitudes deshonestas.
Pero para tener una democracia saludable, lo primero es tener una cultura democrática colectiva y en este país, por desgracia, de eso falta mucho. Somos un pueblo ignorante, qué no le importa las realidades de su vecindario cuando le van bien las cosas y exige el "oro y el moro" cuando las cosas van mal. Claro que lo que acabo de decir es una generalidad pero, no nos quedemos sólo en que el pueblo ha entrado en las instituciones; gobernar es mucho más, hay que saber administrar y gestionar lo público, saber el significado del "bien común" y sobre todo, toca mucha pedagogía. Si vamos a entrar en las instituciones, hagámoslo con sentido ciudadano y responsabilidad.
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