jueves, 18 de agosto de 2016

El arte del descanso es una parte del arte del trabajo - Steinbeck

Hace unos días un buen amigo de conversaciones madrugadoras, ligeras y breves (creo que me permitirá considerarle así), me preguntó por mis vacaciones, muy pertinente en esta época estival. Al hilo de la pregunta y no sé si por lo cansada que estaba, me vino a la mente mis reflexiones sobre el derecho al descanso.

¡Cuán importante me parece el descanso en nuestra vida! Me parece imprescindible en el día a día, pero no quiero reducirlo a dormir o dormitar, sino a una cuestión más amplia. Descanso como una forma de salir de los deberes o compromisos habituales, siendo consciente que un buen sueño-descanso es algo maravilloso que reanima a cualquiera.

Si planteamos que el Descanso estuviera contemplado en la norma básica del Estado y fuera un derecho fundamental, ¿cómo formularíamos ese derecho? parece muy sencillo e incluso obvio, pero ¿por qué no entendemos que alguien descanse pendiente del teléfono e internet? para muchos es una manera de descansar estar en las redes; tal vez salen de su rutina diaria y en lo virtual se sientan descansados. Otros vemos en el descanso la oportunidad de disfrutar de las disciplinas artísticas, y aunque puede parecer agotador, las ganas por conocer son más grandes pese a que algunos les parezca un martirio. Y qué me decís de aquellos que trabajan las 24 horas del día porque quieren; en su descanso está el trabajo porque no descansarían si no estuvieran trabajando. Y ¿qué diríamos del descanso de aquellos que pasan sus horas reposada y pausadamente en su lugar del trabajo o responsabilidad? sin hablar del descanso de aquellos que trabajaron y han llegado a una edad.
Con estos trazos comprendo que penséis que cada uno hace con sus vacaciones o tiempo-descanso lo que le plazca, y estoy de acuerdo. Por eso la premisa de que, tal vez sea una cuestión la del descanso particular para definirla sin reducirlo al adormilamiento.

El otro día cuando me preguntó el buen amigo conversador mañanero me vino a la mente esta reflexión porque le noté la mirada apagada. 

Entiendo el descanso como una prolongación de nuestra individualidad, nuestras satisfacciones y alegrías. El descanso como una lejanía de la cotidianeidad para explorar otros campos e incluso para volver a mirar las cosas con curiosidad y brillo.  El descanso como un arte, pero no sé si parte del arte del trabajo, como dijo John Steinbeck. 

En fin...no sé, tal vez no debería de pensar tanto en el descanso y tomarme uno...

Después de estos pensamientos, sólo me resta desearos un buen descanso.

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