martes, 4 de agosto de 2015

carteando

En los tiempos de las redes sociales, de los 140 caracteres, de los emojis, tengo que deciros que me "carteo" con una buena amiga. Yo creo que la decisión de mandarnos cartas para saber de nuestras vidas fue mutua, aunque yo fuera la que dio el primer paso. Y todo porque, aparte de que vive lejos de donde vivo, muchas veces no quería molestar llamándola por teléfono, por si la pillaba en un mal momento, y el WhatsApp no me deja explayarme con tanta libertad como con una carta.

Así nació la idea. Hoy he recibido una carta de ella. Os podéis imaginar que ilusión me ha hecho. Es más, no he esperado a llegar a casa, ya en el ascensor me he empapado de alegría con su lectura.

Si recibir cartas me encanta, el escribirlas me gusta tanto o más; el tacto del papel, la pluma, el trazo de las letras, ambientar la carta (dónde me encuentro) y plasmar en la hoja todo lo que pasa por mi cabeza, aunque siempre tengo la sensación, una vez que la echo en el buzón, que algo se me olvida.

No es un medio de comunicación inmediato, pero la espera vale la pena, la sonrisa que aparece mientras abres la carta tiene un valor incalculable.

2 comentarios:

  1. Y que no decaiga, aunque tenga que esperar ¡merecerá la pena! Tenemos una relación epistolar.

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  2. Gracias por pasearte por el blog, maja, y dejar tu granito, acertado y amistoso.
    A disfrutar de las vacaciones y ... hasta la próxima epístola ;)

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