La odisea de Cris

Esta tarde escuchando una conferencia, el ponente hizo referencia a una columna de Manuel Vicent de mayo de 2011, hablando sobre la huida; mal vista por aquellos que tienen un sentido heroico de la existencia, pero no deja de ser audaz cuando se huye detrás de un sueño. El dilema de Hamlet. Cómo afrontar con ánimo tiempos de sórdida mediocridad, de miseria moral y política, acabando con el 15-M y el voto. Recuerdo que la columna es de mayo de 2011.

Mi manera de afrontar las cosas siempre ha sido o mirando hacia arriba o de frente, esas miradas largas, profundas. El hartazgo me hizo rebelarme como muchos; conversaciones, reflexiones, indignadas entradas en el blog y en la calle manifestándome. Huí tras el sueño de un cambio. Y el sueño...

Tras la lectura de la columna me he dado cuenta que en los cuatro años y medio que han pasado del dilema de Hamlet que plantea Manuel Vincent, mi forma de afrontar las cosas ha variado un poco; no en como miro el futuro, ni tampoco siendo más activa, en eso sigo igual. Continúo con mis convicciones políticas e ideológicas, tal vez ahora más, pero ante estos tiempos que dicen de cambio y con mi ánimo desencantado, los he decidido afrontar refugiándome en la escritura, en la contemplación, en las conversaciones ajenas sobre ciencia y cultura, en los paseos por la ciudad, en mirar por el bien común.

Huyo por carreteras secundarias, como siempre he hecho. Es donde más cómoda me siento, viviendo mi odisea.