sábado, 23 de enero de 2016

ortografía social

Desayunaba el otro día con la "Coma", tras la lectura de Julio Cortázar "La coma, esa puerta giratoria del pensamiento". Me vino a la cabeza la importancia de los signos de puntuación en los escritos y en la comunicación verbal (la entonación, donde marcar las pausas, el silencio). ¡Cómo cambia el significado de la oración con un sencillo signo! Y también lo mucho que dice del emisor pero también del receptor, y más cuando se omite éste, deliberado o no, obligándole a posicionarla él; siendo divertido a veces, pero también muy peligroso otras veces.

Con la lectura de la coma, intenté dar vida y personificar los signos de puntuación. 
El punto: la persona directa, clara, firme en sus convicciones.
La raya: el individuo que marca distancia, que pone un muro.
La coma: La persona con muchos escenarios donde explorar, inquieta, indecisa; que a veces no sabe donde posicionarse.
Las comillas: el presunto líder, el que siempre quiere destacar y brillar.
Los paréntesis: los ni contigo ni sin ti; aduladores en algunos casos, críticos en otros.
Los dos puntos: los que se posicionan y significan.
Los punto y coma: los veletas.
El signo de interrogación: Aquí podemos encontrar dos tipos de personas: el que no se entera de nada, todo el día preguntando. O el enterado, el listillo.
El signo de exclamación: el entusiasta.
Los puntos suspensivos: los que mantienen la ilusión, el optimismo; los esperanzadores.

Seguro que nos encontramos con muchas comas todos los días, pocos puntos y demasiadas comillas.  Pero no dejemos de dibujar puntos suspensivos con alguna raya para despejar los puntos y comas.

La ortografía social siempre estuvo entre nosotros. La puntuación es cosa nuestra.

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