martes, 20 de septiembre de 2016

da2gaTOS

Seguro que muchos de los que estáis leyendo esta entrada habéis dicho en algún momento que las cosas suceden porque tienen que suceder y tendemos a pensar que cuando una circunstancia sobrevenida nos disgusta, luego ocurre algo que alivia ese malestar, devolviéndonos una inmensa alegría.
Venga, ¡bah! ¡que nos ha pasado a todos! Los dados que creemos que se lanzan y deciden los designios de "nuestro microuniverso" están volando continuamente sobre nosotros. ¿Cuál será nuestra próxima casualidad? ¿Qué nos deparará el azar? 
Si, nos gusta pensar que las cosas pasan por algo, aunque ese algo no sepamos cuál es, pero mola. No pensamos que es por nuestro esfuerzo, por nuestro tesón, por nuestra ilusión en cambiar las cosas, por levantarnos cuando nos caemos. No, todo lo anterior no tiene nada que ver en que las cosas salgan bien.

La compañera de trabajo ha recibido una muy buena noticia. Ella lo achaca que la buena noticia en parte viene dada por el disgusto que se llevó hace unos días cuando se enteró que no podía quedarse con un gatito porque tenía alergia.

Lo dicho, el trabajo hecho durante años no es la razón, sino el gato.

Cuidadín con los dados porque no siempre están arriba.

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