lunes, 5 de septiembre de 2016

ego tecnológico

La pasada semana me acerqué al teatro a ver Comedia Multimedia. Un conjunto de sketches, en tono de humor, para hablar de la sociedad de la información y cómo se ha metido en nuestras vidas.
Lo "virtual", ese mundo al otro lado de la pantalla, cada día está más presente. Lo real ¿dónde queda?
Las redes sociales y la tecnología, de las que muchos renegamos, se han colado en nuestra cotidianeidad. Pero aunque desde las tablas del teatro nos querían hacer ver que vivimos una vida que no es la nuestra, dentro de una pantallita, donde somos un código con números o apodo. Yo me pregunto: ¿y es posible vivir fuera de ella? Pensaréis: ¡pues claro!
Y es verdad, claro que se puede vivir fuera de ese mundo virtual que nos lo meten en todo los espacios vitales en los que nos movemos, pero es tan complicado. Requiere tanto esfuerzo algunas veces ir a contracorriente, que me parece de "humano" caer en esa "ventana" que te abre a un mundo donde es fácil moverse, parece atractivo y donde te crees un libre "desvirtuado".

¿Acabaremos siendo robots? ¿deshumanizados? se preguntaban en la obra.

Pues no, porque gracias a las nuevas tecnologías alimentamos los egos, cosa muy humana. La tecnología es la mejor herramienta para crear esas redes sociales que nos define como animales sociales. Fuimos antes hombres sociales que sociedades de la información.

Por eso estoy tan tranquila. Las redes sociales nos humanizan más, es un continúo alimentador de egos: en la imagen, en la opinión, en mostrar el estilo de vida. Y es la misma red social quien la digiere. Todo un círculo.

Lástima que el "yo" que muestran los "hambrientos de ego" sea tan común y simplón. Qué perdida para la humanidad. Qué gasto de tecnología.

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