hermanos de cumpleaños, olmos

Un amigo ha tenido una niña, la segunda. Y qué casualidad, ha nacido el mismo día que la primera. No son mellizas ni gemelas, pero como dice otra amiga, son hermanas de cumpleaños. 

Esta amiga que me dijo lo de "hermanas de cumpleaños" me sorprendió con que dos de sus sobrinos, también hermanos, nacieron el mismo día (el pasado sábado celebraron su aniversario). Y como las casualidades no vienen solas sino acompañadas, dos de sus hermanos también nacieron el mismo día. 

Cuánta casualidad concentrada en distintos lugares y años pero misma fecha. Una fecha doblemente especial, doblemente feliz, doblemente celebrada pero invariablemente fija en sus 24 horas.

Luego toca la elección del nombre a la niña; te puedes guiar por el santoral, por las modas o tendencias. Lo más normal es elegir el nombre que te gusta o que siempre has pensado, aquí la decisión no es doble, pero sí de dos, o casi siempre. Con los años, los nombres tradicionales han ido dejando paso a nombres más exóticos. Cuestión nada baladí, 'el nombre imprime carácter', 'dice mucho del retoño', eso nos hacen o queremos pensar.

Una amiga de esta amiga (la de los sobrinos hermanos de cumpleaños como hermanos de cumpleaños) ha tenido una niña y le ha llamado Momo (cara de sorpresa). No me gusta Momo para una niña. El padre se llama Olmo. La primera vez que escucho ese nombre.

Les he conocido a los dos, a Olmo y a Momo este pasado fin de semana cuando he visitado a mi amiga (la de los sobrinos hermanos de cumpleaños como hermanos de cumpleaños). Nos hemos cruzado con ellos en mitad de la calle.

Han sido días de niños 'dobles', fechas especiales y cumpleaños. Bastante casualidad concentrada en tan breve espacio de tiempo.

Cuando volvía a casa en tren retomé el libro que estoy leyendo: "- Puedes llamarme Arturo. - Encantado, Arturo. Yo me llamo Olmo, ¿Le apetece a usted subir a mi casa a tomar un aperitivo?"

boquiaBIerta me quedé.