Domingo casero. Arrebujada en el sofá y zapeando para ver cuál de las películas ofertadas me convencía más, acabé viendo creo que la más mala, (serían todas parecidas).
En la película, queriendo marcar elementos líricos, poéticos y novedosos, se recreaba con la fotografía y la música pero, de repente, una frase fetiche de la protagonista me despertó del guión soporífero: "No elijo el camino fácil, sino el camino bonito".
Es loable huir de esos "caminos fáciles" que nos hace pensar mal, porque nos vamos a los malos modos, a las malas actitudes y praxis para conseguir los objetivos vitales; pero siempre he pensado que los caminos se hacen, como decía Machado. Y cada uno proyecta su camino; bonito, sencillo, incluso fácil.
Pero la connotación bonita que se da al camino no quiere decir que las pisadas sean igual de bonitas.
Tal vez la cuestión no está en el camino, sino en las huellas que se dejan sobre él. Si puedo hacer fácil el camino, ¿por qué complicarlo? y si encima es bello, ¡genial!
Haz tu camino bonito y en la sencillez, seguro que verás lo fácil que es conseguir la felicidad.
Pero la connotación bonita que se da al camino no quiere decir que las pisadas sean igual de bonitas.
Tal vez la cuestión no está en el camino, sino en las huellas que se dejan sobre él. Si puedo hacer fácil el camino, ¿por qué complicarlo? y si encima es bello, ¡genial!
Haz tu camino bonito y en la sencillez, seguro que verás lo fácil que es conseguir la felicidad.
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