miércoles, 4 de mayo de 2016

el arte de dar la vuelta a la tortilla

Me pongo en un segundo plano cuando noto que alguien, con o sin sutileza, intenta dar la vuelta a la tortilla en los asuntos que estamos tratando. Cuando digo en un segundo plano, me refiero a que no me implico en su monólogo donde me dice que no le he entendido, que él no quiso decir tal o cual cosa. 
Mientras él sigue con su monólogo le escruto tranquilamente; su expresión, el movimiento de sus manos, su mirada. Creo que se inquieta. Le molesta que no diga nada, que esté impasible, que no busque la dialéctica. Entonces, su monólogo se vuelve nervioso, se repite, se descontrola. La tortilla empieza a perder consistencia. El huevo no cuaja, las patatas están desmadradas, el aceite se quema. ¡Quién da la vuelta a esta tortilla, por favor!

Dar la vuelta a la tortilla es un arte y, qué poco lo valoramos. Pero voltearla en silencio es una genialidad.

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