lunes, 7 de noviembre de 2016

Iñigo Kalea

Paseando por la parte vieja de Donosti, entre calles con nombres algunos impronunciables, me enamoré de "Iñigo Kalea", y creo que por la absurda razón de que me gustaba como sonaba cuando mis labios pronunciaban esas dos palabra I-ÑI-GO KA-LEA. Probadlo. "Iñigo Kalea" "Iñigo Kalea" ¿A qué suena bien? Se convirtieron en las palabras mágicas de nuestro viaje. Iñigo Kalea nos abrió al mundo de los pintxos.

Concertamos una visita guiada al día siguiente de nuestra entrada triunfal a la parte vieja. Después de disfrutar de la buena gastronomía vasca quisimos conocer la historia de la ciudad y sus edificios más históricos.

- Buenos días, voy a ser por unas horas vuestro guía. Me llamo Iñigo y espero que disfrutéis de la visita y de la ciudad.

Lo dicho, Iñigo Kalea fueron nuestras palabras mágicas. La visita fue instructiva, interesante e inmejorable (fueron las palabras que pusimos en la encuesta que nos pasó) y de Iñigo sabemos que estudió Historia en Salamanca y que había conocido pueblos muy bonitos de Castilla pero casi desconocidos por la gente. 
"Pues qué sigan así" -  le contesté con una amplia sonrisa.

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